Relato televisivo e imaginario social
Résumé
En el momento en que la disolución progresiva del positivismo del siglo XIX se entrelazaba con los primeros signos del pasaje a la sociedad “de masas” del XX, en ciertos textos (los de Frege y Peirce) se proponía un modelo del sentido que tenía la particularidad de ser un modelo en tres términos: “Zeichen” (signo, “Sinn” (sentido), “bedeutung” (referencia, en Frege; “Sing” (signo, “Interpretant” (Interpretante), “Object” (objeto), en Peirce. Con el ascenso irresistible de la lingüística, de un lado, y de la epistemología y la lógica neo-positivista, del otro, este modelo fue completamente borrado del campo de la reflexión sobre el sentido. Es cierto que Frege no fue olvidado en el desarrollo de los fundamentos de las matemáticas contemporáneas, y Peirce dejó sus huellas en las teorías del signo dominante en los países anglófonos (en la obra de Morris, Mead y muchos otros). Sin embargo, en el primer caso la influencia de Frege quedó confinada a un dominio extremadamente técnico; en el segundo caso, fue la mediación del “Sinn” lo que se abandonó, y el recorrido Peirciano reemplazado por una visión empirista de la significación. En el campo de lo que más tarde sería la semiótica, en Europa, sobre todo, la inspiración lingüística impidió todo pensamiento ternario en la medida en que esta inspiración fue enteramente dominada por el imaginario saussuriano, irremediablemente binario.
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